Nos trasladamos a la Francia Revolucionaria, la artista de la que hablaremos hoy es una retratista del rococó neoclásico de talento, luchó por los derechos de la mujer y forjó su carrera en el espacio artístico de un Paris dominado por masculinas instituciones y redes aristocráticas, ella es Adélaïde Labille-Guiard (1749 – 1803, París).
A inicios de su carrera artística, comenzó con miniaturas, perteneció al gremio de París, la Académie de Saint – Luc. Pudo exponer una de sus miniaturas y pastel en la exposición del gremio de 1744. Entró, en 1746, en el estudio del pintor y retratista François André Vincent.
Labille-Guiard nació en el seno de una familia de comerciantes, desde el principio tuvo que buscarse la vida. La mercería de su familia sin duda agudizó su buen ojo para las telas, pero no le proporcionó ningún acceso a las instituciones artísticas.
A diferencia de los aspirantes artistas masculinos, que podían demostrar su valía en las escuelas de la Academia, Labille-Guiard y otras mujeres no tuvieron más remedio que escalar posiciones en el mundo del arte participando en exposiciones que operaban al margen de la sanción oficial. Fue admitida en la Académie Royale de Peinture et de Sculpture en 1783, junto a su contemporánea Élisabeth Louise Vigée Le Brun. El número de mujeres miembro de la academia se limitaba a cuatro, y no contemplaban ningún aumento). Durante los seis años siguientes, ambas se convertirían en pintoras adineradas y solicitadas por la familia real y los miembros de su corte en Versalles.
Adélaïde Labille-Guiard era experta en diversos materiales artísticos, pasó de las miniaturas al retrato a gran escala, del pastel al óleo y de un estudio de artista a otro para formarse, fue muy astuta en su progreso profesional y cuidadora en la elección de los modelos cuyos retratos exponía. Era una experimentada profesora de jóvenes aspirantes a artistas y había cultivado un amplio conocimiento entre los académicos. Labille-Guiard experimentó con el uso de fondos mate para sus retratos, rechazando a menudo la práctica habitual de rodear a los retratados con símbolos de su estatus.
“Self-Portrait with Two Pupils” es la obra más conocida e importante de la artista, firmado y fechado en 1785, mismo año en el que fue expuesto con gran éxito en el Salón. El cuadro atrajo la atención y el mecenazgo de las tías del rey Luis XVI, lo que a su vez dio lugar a lucrativos encargos de la familia real. Retrato de cuerpo entero, de tamaño natural, nos muestra a una mujer moderna, sentada ante su caballete mientras enseña a pintar a mujeres jóvenes siguiendo su ejemplo. Las dos jóvenes que se encuentran en el cuadro junto a la artista son sus dos alumnas: Marie Gabrielle Capet (derecha) y Marguerite Carreaux de Rosemond (izquierda). Esta obra es una declaración audaz, se ha interpretado como un medio de defender su causa. Nos sugiere la intención de la artista, recién elegida académica, de intentar aumentar el número de mujeres miembro y promover sus dotes y su posición dentro de la academia.
Labille – Guiard sabía la importancia y valor del Salón para el progreso de su carrera y expuso con regularidad, (cada dos años) desde 1783 hasta 1791.
Fue nombrada pintora oficial de las tías de Luis XVI, las señoras Adélaïde y Victorie. Princess Madame Adélaïde (tía de Luis XVI).
Madame Elisabeth de Francia también posó para Labille – Guiard.
El estudio al pastel, en el que aparece vestida con un redingote y un fichu, subraya su naturalidad y su carácter dulce
Un gran estudio de mujer, en tiza negra y de color, sobre papel entonado, es su obra: Study of a Seated Woman Seen from Behind, 1789. Está firmado e inscrito con el nombre del artista y fechado en 1789. La modelo es alumna de Labille – Guiard, Marie Gabrielle Capet. Vestida con una camisa que se le ha caído de los hombros, se desploma cansada contra el respaldo de una silla. Su cabello se desprende de la tela de algodón a rayas con la que está atado. El dibujo puede servir como recordatorio de la dificultad que tenían las artistas para encontrar modelos. Sin embargo, la Revolución de 1789, al tiempo que abría los Salones a las mujeres artistas, desacreditaba a las que habían trabajado bajo el antiguo régimen. Mientras sus colegas huían del país, Labille-Guiard, que simpatizaba con la Revolución, rehizo su carrera documentando en pintura a varios miembros de la Asamblea Nacional. Aunque su actividad como retratista no recuperó la rentabilidad de antaño, participó activamente en los debates desencadenados por la Revolución sobre el acceso de las mujeres a la educación y a las ayudas económicas.
La Académie Royale fue clausurada por orden de la Assemblée Nationale en 1793, y las diversas instituciones que la sucedieron excluyeron a las mujeres. Una vez finalizado el Terror, en 1795, resurge y vuelve a realizar sus retratos, esta vez de administradores revolucionarios, dramaturgos y de su compañero Vincent, con el que se casa en 1799.
Falleció en 1803.
La carrera artística de Labille-Guiard rara vez ha sido reconocido. Gracias al estudio realizado por Laura Auricchio en 2009 (Adelaide Labille-Guiard: Artist in the Age of Revolution), supuso un paso hacia el reconocimiento de un talento prodigioso expresado en tiempos revolucionarios.
Febrero, 2025
Mikey Rico
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